Tratamiento de adicción a la cocaína: un gran riesgo a la salud física y mental
En ocasiones, personas bien cercanas, especialmente jóvenes, comienzan a manifestar conductas extrañas y erráticas que pudieran o no ser desagradables. Por más sorpresa y temor que eso cause, hay que considerar la posibilidad de que se trate de un problema de drogas. Y si ese fuera el caso, entonces lo aconsejable es recurrir a un tratamiento de adicción a la cocaína.
Esta es una sustancia muy adictiva que actúa directamente sobreestimulando el cerebro. Las hojas de la coca, procedentes del Perú, Bolivia y a partir de los noventa, de Colombia, han sido utilizadas por miles de años, como hierba medicinal y para preparar infusiones. Mientras que el producto refinado puro se usa desde principios del siglo XX.
En la actualidad, después de la marihuana, es la droga de consumo ilegal más extendida mundialmente, siendo responsable directo de la pérdida anual de miles de vidas. Una razón de su popularidad, además del tremendo efecto estimulante del sistema nervioso central, es el hecho de que es administrada por distintas vías: oral, nasal, frotada sobre las mucosas, intravenosa o pulmonar.
Efectos del uso de la cocaína
Sin mencionar los daños específicos que produce esta sustancia dependiendo de la forma de administración, a modo general se tiene:
- Consumida en pequeñas dosis causa euforia, ganas de hablar y alerta mental. También disminuye momentáneamente la necesidad de comer y dormir. A corto plazo se presenta contracción de venas, arterias y capilares, dilatación pupilar e incremento de la temperatura, el pulso y la tensión.
- Cantidades mayores pueden producir conducta extraña, errática y agresiva, incluso intranquilidad, ansiedad, irritabilidad y alucinaciones. Físicamente aparecen temblores, sensación de vértigo y convulsiones.
- Entre los riesgos de complicaciones médicas de los adictos están ataques al corazón, accidentes cerebrovasculares, dificultades gastrointestinales y hasta el coma. La muerte suele venir como consecuencia de paros cardiacos o respiratorios.
Si identifica estos síntomas en alguien cercano a usted no desespere. ¡Hay solución! solo que esta pasa por el reconocimiento y la aceptación que la persona tenga de la situación y su deseo de desintoxicarse. Busque ayuda profesional, pero fundamentalmente sea paciente y persistente.